Luxemburgo es un micro estado con una extensión de 2.600 kilómetros cuadrados. Existen muchos motivos para explorar este país. Por ejemplo, el hecho de poder planificar una ruta en moto de 230 kilómetros a lo largo de 60 kilómetros, con carreteras en excelente estado. Es a principios de mayo cuando decido viajar al oeste con mi Kawasaki Z900RS trayendo poco de equipaje.
Invitado a un viaje de prensa por la Oficina de Turismo de Luxemburgo y sin una idea clara de lo que me espera, arranco con mi moto. Relajado, admirando los paisajes que me rodean, el tiempo pasa lento. Por la tarde, por fin llego a Mondorf, donde decido alojarme los dos primeros días del viaje. Antes de que Lis Lorang -la jefa de prensa- me explique la parte oficial de la noche y el plan para los próximos días, doy una vuelta por el hotel, ya que es la primera vez que me alojo en un casino.
Aquí las sorpresas no acaban… Cuando Lis y Michael, el guía turístico, empiezan a hablar de Luxemburgo y su historia, me doy cuenta de que sé mucho menos del Gran Ducado de Luxemburgo de lo que pensaba, lo que hace que todo el viaje sea de repente mucho más interesante.
Con muchos más conocimientos sobre Luxemburgo y después de un buen desayuno, nos dirigimos al triángulo fronterizo Alemania-Francia-Luxemburgo. Schengen es nuestra primera parada, y Michael, nuestro guía, nos lleva por tramos de carretera secretos y solitarios hasta llegar a nuestro destino. Exactamente lo que todo motero desea para sus viajes. Bosques, praderas y curvas interminables, con vistas impresionantes. Una vez que lleguemos a Schengen, tenemos mucho que explorar.
El viaje a través del valle del Mosela traviesa algunos de los paisajes más bellos y nos lleva hacia el norte, pasando el río Sauer, a Echternach. Durante el viaje, pasamos pequeños pueblos y hermosas carreteras. La temperatura llega a los 27 grados y tenemos ganas de picar algo, por eso, paramos a descansar. La elegante Plaza del Mercado es el lugar perfecto para hacer una pausa. En la capital de la Suiza luxemburguesa, varios cafeterías, callejuelas y rincones nos esperan. Pero Echternach tiene mucho más que ofrecer. Es la ciudad más antigua del país y muy conocida incluso fuera de sus fronteras.
Después de haber recargado las pilas, Michael nos anima a viajar a Suiza. Un momento, ¿Suiza? Bueno, en este caso nos referimos a la región adyacente de Müllerthal, que nos recibe con un mundo fascinante de bosque, agua y piedra. Es asombrosa la diversidad que se puede observar aquí. El fresco bajo los árboles también es agradable, ya que la temperatura llega a los 27 grados. Por eso nos ahorramos una visita del castillo de Beaufort, de la época entre los siglos XI y XVII, y regresamos tranquilamente a nuestro alojamiento. Justo a tiempo, porque el autobús que nos llevará a cenar ya nos está esperando en la puerta del hotel.
Así tenemos la oportunidad de cambiarnos rápidamente la ropa mojada y refrescarnos un poco antes de continuar. Menos mal, porque por la tarde nos espera una carta de vinos seguida de una cena en Remerschen. Este pequeño pueblo de unos 700 habitantes se encuentra cerca de la frontera del Sarre y produce vinos de alta calidad. Especialmente interesante es la bodega Sunnen-Hoffmann, que desde hace algunos años se dedica a elaborar vinos ecológicos. Inicialmente ridiculizada por otros viticultores de la zona, hoy en día producen vino de alta calidad. Después de cenar y de muchas conversaciones sobre el día en moto, la jornada termina con el autobús que nos lleva de vuelta al hotel.
Al día siguiente, me preparo para otro día lleno de emociones. Porque hoy hay un cambio de hotel y otro día de viaje. Vamos a Esch-sur-Alzette, más concretamente al pueblo de Belval. Conocido en el siglo XIX como lugar de descanso y dispone de una fuente mineral de calidad excepcional, a principios del siglo XX la industria siderúrgica empezó a interesarse por esta región y a explotar los minerales de la zona. Desde entonces, Luxemburgo ha ido recultivando la naturaleza en torno a Belval, y la ciudad se ha convertido en un municipio independiente que rodea los restos de una antigua fábrica, hoy abierta como museo.
Una universidad, edificios de oficinas y residenciales, centros comerciales y mucho más invitan a mirar hacia adelante con optimismo. El tiempo vuela durante el recorrido por el antiguo sitio industrial y los nuevos edificios. Además, el sol ya brilla cuando partimos de nuevo.
Recorremos con Michael pequeñas y sinuosas carreteras hacia el norte, hasta el final de las Ardenas. Nos detenemos en Esch-sur-Sûre y visitamos a Ronald Streumer en su hotel motero, el Hotel de la Sure. El almuerzo al que nos invita es extraordinariamente sencillo. Su cerveza casera, llamada «Eschlescher», nos dejó con ganas de más. En general, Ronald es un anfitrión muy comunicativo y siempre está pendiente: da consejos e itinerarios para sus huéspedes. Es un hotel excepcional, construido al lado del castillo de la zona y dispone de una zona spa con centro de bienestar para aprovechar al máximo tu estancia. No muy lejos del hotel, hay un lago que invita a nadar. Pero hoy sólo nos detendremos para un breve descanso, antes de iniciar la última etapa del día.
Con el calor del mediodía y las primeras gotas de sudor en la frente, subimos a nuestras motos y dejamos atrás Esch-sur-Sûre. Nos dirigimos hacia el bosque de las Ardenas, que se extiende por territorio francés, luxemburgués y belga. La ruta ofrece muchas carreteras sinuosas y nos lleva al castillo de Vianden. Este lugar parece sacado de un libro de un cuento de hadas y se encuentra en la cima de la montaña del cantón que lleva el mismo nombre. Rodeamos el castillo en moto, pasamos por el casco antiguo y poco después llegamos a Clervaux, donde visitamos la exposición «The Family of Man». Con la exposición y la cena en nuestro último hotel, el Golf and Country Club, cerca de Clervaux, este emocionante viaje llega a su fin.
La oficina de turismo de Luxemburgo despertó en nosotros la curiosidad de explorar las hermosas carreteras de este país. La amabilidad de la gente fue crucial. A todos los moteros, podemos decirles que un viaje a Luxemburgo merece la pena.
Para más información sobre alojamiento, camping y otros servicios, puede visitar directamente el sitio web de la oficina de turismo.
¡Disfruta de tu viaje!
Un saludo Torsten Thimm #lifeisaride
Muchas gracias a Lis Lorang y a la oficina de turismo, así como a Thierry Dricot por las fotos y a Michael Turk el guía.