
Con la llegada del otoño, las temperaturas bajan, los días se acortan y es el momento en que muchos guardan su motocicleta para el invernaje. Sin embargo, quienes se preparan bien pueden vivir recorridos inolvidables incluso durante los días más fríos. El otoño y los días templados de invierno tienen un encanto especial: aire limpio, carreteras tranquilas y paisajes hermosos. Te explicamos las precauciones a tener en cuenta para viajar con seguridad.
El otoño y el invierno traen consigo desafíos para moteros. Durante los meses de otoño e invierno las horas de luz solar se reducen considerablemente, por lo que conviene planificar las rutas con cuidado para no verse sorprendidos por la caída del sol. Además, cambian las condiciones del pavimento: las hojas mojadas, el asfalto húmedo, la escarcha o incluso una fina capa de hielo pueden reducir notablemente la adherencia.
La época invernal puede reducir la visibilidad: el sol bajo al amanecer puede deslumbrar, la niebla limita el campo de visión y los reflejos en la carretera mojada dificultan calcular las curvas. El frío puede afectar la concentración, y tener las manos o los pies fríos puede influir en los tiempos de reacción.
Quien conoce estos desafíos y se prepara bien, puede afrontarlos sin problemas.
En invierno elegir la ropa adecuado es crucial para mantener la comodidad y la seguridad durante tus travesías en moto. No se trata solo de comodidad, sino también de concentración: con el frío, la seguridad al conducir puede verse afectada.
Cómo mantener la flexibilidad: Si al mediodía suben las temperaturas, puedes quitarte una capa sin renunciar a la protección.
Las zonas más sensibles a las bajas temperatura son las manos y los pies. Usa guantes acolchados y cortaviento u opta por puños calefactables. Para las botas, los materiales impermeables con forro térmico son ideales. También puedes usar cubrezapatos como capa aislante adicional. Existen incluso plantillas calefactables que se colocan dentro de las botas.
Un pasamontañas o una máscara facial protegerán también el cuello y la mandíbula del viento.
En otoño e invierno se conduce a menudo con niebla o poca luz. Elige por tanto ropa de alta visibilidad y asegúrate de que el casco y la moto sean bien visibles.
Una visera Pinlock o un tratamiento antivaho evitan que el casco se empañe.
En esta temporada tu moto requiere más atención que en verano. El frío, la humedad y la sal en las carreteras ponen a prueba la mecánica. Un control regular te protege de sorpresas desagradables.

En otoño e invierno hay una regla básica: sé suave con tus movimientos. Reduce la velocidad y adapta la conducción a las condiciones climáticas. Hojas mojadas, carreteras sinuosas y gravilla en la carretera pueden volverse peligrosas.
Mantén una distancia de seguridad mayor y evita maniobras bruscas, tanto al acelerar como al frenar. En las curvas se requiere mayor delicadeza al entrar: inclina la moto con precaución y acelera solo cuando estés nuevamente en posición vertical. Usa el freno motor y el embrague de manera controlada para reducir el riesgo de derrapar.
Elige horarios de conducción con luz del día. Salir a última hora de la tarde implica mayores riesgos debido al sol bajo en el horizonte o a la niebla. Y si notas que estás rígido o tienes frío, haz una pausa y toma una bebida caliente, en lugar de apretar los dientes y seguir con el viaje.
El invierno y las motos no son incompatibles pero tampoco es una combinación para todo el mundo. No conduzcas con hielo o nieve. El riesgo es demasiado alto. Sin embargo, hay días fríos y despejados en los que una ruta invernal no solo es posible, sino también agradable.
Elige carreteras secas y bien conocidas, sin grandes desniveles y sal. Es fundamental evitar maniobras bruscas y sé flexible: Si el tiempo empeora lo más razonable es dar la vuelta.
Para quienes recorren muchos kilómetros incluso en invierno, puede valer la pena tener una segunda “moto de invierno” o una moto naked con un buen guardabarros. Quienes conducen habitualmente en invierno también deberían informarse sobre cuestiones como el uso obligatorio de neumáticos de invierno y la cobertura del seguro, que pueden variar según el país.
A veces es importante tomar un descanso. En caso de tormentas súbitas y lluvias intensas, se debe hacer una pausa. Aviso: Está prohibido estacionarse en la parte transitable del arcén bajo los puentes. Adapta siempre la velocidad y la distancia de seguridad según las condiciones.
Aunque conducir en otoño e invierno puede ser un desafío, tiene un encanto. Las carreteras están más tranquilas, la naturaleza muestra colores intensos y la luz tiene una claridad única, imposible de ver en verano. Especialmente en verano, cuando la niebla cubre los valles y el sol comienza a brillar, se crean momentos que no se olvidan fácilmente.
Además, te mantienes estable sobre la moto: quien conduce con regularidad no pierde la confianza ni el control y comienza la temporada de primavera con más seguridad.